Aqualung

Maridaje recomendado: Whisky (y de noche)

Por: Eduardo Vásquez Mata*

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«Sentado en la banca de un parque, observando niñas pequeñas con mala intención». Así empieza el álbum Aqualung, de la banda británica Jethro Tull, cuya primera canción lleva el mismo nombre. Esta es una de las piezas más conocidas de la agrupación encabezada por Ian Anderson. El álbum es considerado como uno de los primeros discos conceptuales en la escena del rock, aunque esto ha sido negado por el propio Anderson, quien manifestó que, aunque se abordan temas concretos como la religión en sus líricas, las canciones no tienen una conexión entre sí. Lo cierto es que Aqualung es uno de los grandes clásicos del rock setentero y una referencia obligada entre los mejores álbumes de la historia.

La década de los setentas es recordada por ser un punto de inflexión, no sólo para la música sino para la historia mundial en general. La carrera espacial tomaba un nuevo rumbo, comenzaban a gestarse enormes avances tecnológicos, iniciaban fuertes movimientos sociales alimentados por nobles ideales y una juventud rebelde e inquieta. En la música, la vanguardia estaba en el rock progresivo, proponiendo un sonido más experimental, tocando temáticas que integraban el contexto social de la época e invitando a la reflexión. Todos estos ingredientes permiten que para 1971, Aqualung vea la luz.

Todas las composiciones de Anderson en este álbum contienen elementos interesantes, e incluso adelantados para su época. En sus canciones, la banda nos permite conocer la realidad que les rodeaba desde diferentes puntos de vista.

En un mundo que por esos años proyectaba la prosperidad para todos, el álbum parte presentando al personaje que lo bautiza, un indigente que ronda por los parques de Londres emanando inmundicia y provocando temor y asco a quienes lo ven. Gracias a la letra de la canción se puede conocer más de este personaje. Podemos caracterizar su aspecto sucio por la descripción que se le hace y apoyándonos en la creación del pintor Burton Silverman, quien ilustró al personaje en la portada del libro. Todo ello crea una atmósfera de aberración, no solo a Aqualung sino a la indigencia en general, para finalmente dejarnos conocer la soledad, la desesperanza y agonía en la que vive el personaje, producto del miedo que le tiene un mundo que lo margina, lo abandona y lo trata como paria. Al final todo ello deja al oyente contra la pared preguntándose: ¿Quién es el verdadero monstruo?

Y esta reflexión a la que invita Jethro Tull continua en las canciones My God e Hymn 43, donde el tema central es la influencia que tiene la religión en el comportamiento de la sociedad. My God cuestiona la religión católica como dogma y critica el hecho que todo se reduzca a las plegarias y ofrendas, cuando el único camino para cambiar está en las acciones terrenales del individuo. Su coro es contundente: “Eres el Dios de todo, Él está dentro de ti y de mí”. Por lo tanto, más allá de ser un mensaje de vanidad o de superioridad absoluta de la raza humana, la interpretación va por el hecho que todo lo que pasa en el mundo, para bien o para mal, más que una intervención divina es una consecuencia de los actos humanos. Muchas cosas que se adjudican a “la voluntad de Dios” en realidad son producto de las decisiones tomadas en plena consciencia por las personas.

Hymn 43 aborda el mismo tema, aunque desde otro enfoque. Esta canción se centra en la hipocresía humana que permite a ciertas personas tomar un dogma y manipularlo a su antojo para realizar atrocidades, escudándose en el nombre de la religión y en el perdón de las plegarias. Su frase más contundente: “Si Jesús salva, mejor que se salve a si mismo de los sangrientos buscadores de gloria que usan su nombre para matar”.

Ian Anderson, incluso, se atrevió a hablar de la sobrepoblación en pleno 1971. En la canción Locomotive Breath compara al crecimiento poblacional con una locomotora sin control, dejando ver que su opinión es que el mundo crece a una velocidad incontrolable, y si una locomotora no tiene frenos en algún momento se descarrilará, acabando con todo y con todos.

Aqualung es, musicalmente, un álbum magnífico. Sin embargo, su máxima virtud radica en sus letras, pues para ser un álbum de 1971 no solo trata temas polémicos y profundos, sino que resulta que estos siguen estando vigentes. Cada verso persiste al tiempo, y es inevitable preguntarse cuánto ha cambiado el mundo en casi 50 años. Aqualung podrá no ser un álbum conceptual, pero es innegable que busca hablar del comportamiento de la sociedad en situaciones bastante cotidianas, que muchas veces pasan desapercibidas, pero que podrían tener un trasfondo más profundo del que queremos ver.

* Eduardo Vásquez Mata (San Salvador, 1991) definido en una entrevista de trabajo como un ingeniero con título de economista. Su carrera como futbolista acabó cuando se chingó la rodilla, dejando cero goles en cero partidos en Primera División. El retiro lo hizo tropezarse con las letras, empezando su camino escribiendo sobre fútbol. Poco a poco fue descubriendo nuevas canchas literarias, usando el instinto como guía. Aun así, se tatuó una brújula, porque hasta hoy sigue buscando el rumbo.

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