Salas vacías (II)

REPORTAJE SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS ARTISTAS SALVADOREÑOS ANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19

Presentamos la segunda entrega del reportaje «Salas vacías». En esta oportunidad conversamos con la cantante y cineasta Pamela Robin sobre la situación de la música y el cine nacional ante la actual crisis sanitaria. 

Por: Felipe A. García*

En 2019, la cantante y cineasta salvadoreña Pamela Robin presentó su cuarto disco estudio titulado “Mi equilibrio”. En una entrevista para este mismo medio, la intérprete de temas como “Es tan difícil” y “Lo normal no aplica aquí”, nos confesó lo complicado que es para un músico nacional organizar un concierto en el país.

Sin embargo, a pesar de esas dificultades, en febrero del 2020 la cantante confirmó en sus redes sociales las fechas de la gira de conciertos que realizaría en el mes de marzo. Así también, en el ámbito cinematográfico, la también directora de cine, se preparaba para comenzar el rodaje de su tercer largometraje en Guatemala. Todo indicaba que este año tendría muchos proyectos por trabajar, hasta que la pandemia del COVID-19 evolucionó al punto de obligarla, así como a muchos otros artistas en diversos rubros, a posponer todos sus proyectos.  

“Es un momento difícil. Como artistas siempre hemos vivido momentos difíciles, porque el arte no es algo que tenga una estabilidad económica mensual. Es algo que se trabaja por proyectos. Pero se vuelve mucho más difícil cuando todos esos proyectos que apenas estaban comenzando de pronto ya no están”, declaró la cantante y cineasta. 

Aunque a nivel mundial muchos artistas se muestran optimistas al decir que todos estos proyectos podrán ser reprogramados una vez pase la pandemia, Robin no cree que esto ocurra este año.

“No creo que regresemos a una normalidad. Creo que vamos a tener un cambio en nuestra forma de vida, nuestra forma de salir, la forma en que socializamos. Y eso va a afectar directamente al artista, porque nosotros tocamos y lo que queremos es que esté lleno de gente. Veo muy difícil que eso vuelva a ocurrir pronto. Pasará mucho tiempo antes suceda”, explicó Pamela Robin.

En su opinión, los artistas se verán obligados a buscar nuevas formas para promocionar sus trabajos artísticos mientras pase el tiempo y se pueda controlar la situación: “Creo que nos va a tocar sacar una creatividad muy profunda para poder seguir con nuestros proyectos. Afortunadamente existe el Internet que nos ayuda a estar cerca de la gente aunque no lo estemos físicamente”, añadió.

A pesar de reconocer al Internet como una buena alternativa en estos tiempos de cuarentena, no cree que sea suficiente para que los artistas sobrelleven la crisis. Pues, aunque en un principio muchos liberaron sus obras de manera gratuita para ayudar a las personas a pasar el encierro, otros han comenzado a pedir colaboraciones económicas en internet para percibir algún ingreso mientras no puedan salir a trabajar. 

“Sé que hay varios artistas que obviamente están cobrando, más bien pidiendo una colaboración. Pero seamos realistas, en este país a la gente no le gusta pagar. Menos si tiene el contenido de manera gratuita con solo apretar un botón en Internet. Es muy triste ver que el sector artístico no es visto como una prioridad. Sabemos que la salud es la prioridad número uno a nivel mundial, lo tenemos claro. Pero si se han abierto programas para apoyar a quienes trabajan la agroindustria, a las PYMES; se está dando un dinero de apoyo para subsistir uno o dos meses para los artistas con las necesidades más básicas, también necesitamos un plan a largo plazo y eso no se ha hecho”, reflexiona la cantante.

Sobre ese tema, Pamela Robin aplaude la iniciativa de que el gobierno esté brindando un subsidio a los artistas con mayores necesidades en estos tiempos de pandemia; sin embargo, reconoce, este subsidio no será suficiente para apoyar a toda la población de artistas de El Salvador. Y es que esta medida sólo beneficia, de manera temporal, a aquellos que no cuentan con las necesidades básicas como vivienda o alimentación. Mientras que al resto de artistas, aquellos que si tienen una casa y algún pequeño negocio que les genera un ingreso aparte de su labor artístico, no han sido tomados en cuenta. Y, aunque ahora parecieran no necesitar de ese apoyo, a futuro, cuando termine la pandemia y sea más difícil trabajar debido a la falta de proyectos, estos serán los más afectados. 

“Lo ideal sería que vean cuántos artistas hay acá, cuántos tienen empresas, cuántos no, para tal vez así dar ciertos tipos de préstamos con los que puedan ayudarlos a levantar sus negocios o proyectos. Y ya cuando la situación comience a normalizase, dar algún tipo de facilidad para que puedan pagar estos préstamos. Porque por ahora ningún artista va a tener ingresos”, propuso la intérprete de “Es tan difícil”. 

Para profundizar en el tema del cine, le consultamos a Robin cómo esta pandemia está incidiendo en la producción del cine nacional e independiente. Ella, como directora, explicó que, al ser el cine un medio en el que los proyectos se trabajan a largo plazo, con una planificación de tres y hasta cuatro años antes, la situación no es nada alentadora. El trabajo de compaginar los horarios de los actores y equipo técnico, manejar la postproducción y dinero de los contratos, representará tanto un retraso en los calendarios de producción, así como pérdidas a nivel económico de las que nadie tiene la culpa.  

“Lo que se tenía planeado para este año se va a tener que pasar para el próximo. Y si se llega a hacer este año, se deberá hacer con mucho presupuesto. Uno con el que se puedan tomar las medidas de salud e higiene necesarias para realizar la producción. Un presupuesto con el que seguramente las películas independientes no contarán”, explica la directora de cine.  

No se imagina cuáles serán las medidas que se tomarán a la hora de hacer cine una vez pase la pandemia. No queda más que esperar a ver qué propondrá la Organización Mundial de la Salud (OMS) para trabajar el cine después de esta crisis sanitaria. Y es que no puede imaginarse cómo los actores, por ejemplo, podrán realizar una escena que involucre contacto físico, sin poner en riego su salud o la del resto de la producción. “Lo más importante es la vida de una persona. No puedo arriesgar a un grupo de personas, a los actores, a contagiarse si no se tiene la seguridad de que todo el mundo va a estar bien”, resaltó Robin. 

Además de cantante y cineasta, Pamela Robin se ha dedicado a impartir talleres de estas dos ramas del arte. Esta actividad es muy común entre los artistas, en sus distintos rubros, para generar un ingreso económico a través de la formación de nuevos profesionales del arte. Sin embargo, debido al confinamiento domiciliar que debemos tomar para combatir la proliferación del virus, este labor también se está viendo afectado. 

“Afecta porque nunca va a ser lo mismo dar una clase en persona que darla por virtual. Sin embargo se hace el intento. El problema también es que todo el mundo está en crisis ahorita. Lo que uno cobra por un taller normalmente, no lo puede cobrar ahorita. Porque la gente está priorizando en tener sus alimentos básicos en la casa, tener dinero para cualquier emergencia. No hay una prioridad de pagar clases que tengan que ver con el arte”, explica Robin. 

La actual situación los obligará, tanto a ella como a muchos otros artistas, a bajar sus precios significativamente, bajando también sus ingresos.

“Pero para mí es muy bueno seguir con las clases porque siento que la gente puede usar toda esa energía negativa y ansiedad en crear. Y para mí eso siempre ha sido más importante que el dinero. Pero entendamos. Uno necesita cobrar por su trabajo. Uno tiene sus necesidades básicas y gastos”, concluyó.

Cuando se le preguntó a la artista qué le propondría a las entidades culturales de nuestro país para apoyar a los artistas en la actual crisis, Robin respondió: 

1) Eliminar prejuicios

“Aquí hay un problema de prejuicio. Lo voy a poner de antemano porque siempre hay un estigma de que los artistas somos desordenados, informales, no sabemos hacer tratos o no somos responsables. Ese es un prejuicio que hay que empezar a quitar. Para ser artista hay que ser muy disciplinado. Hay que ensayar, hay que buscar la manera de ir mejorando e ir subiendo de nivel. Lo primero que pediría es el quitar prejuicios de que no podemos sentarnos y establecer una conversación”.

2) Velar por los pagos atrasados

“Es muy importante que el Ministerio de Cultura se de cuenta que hay muchos artistas que trabajan sin contrato. No trabajan con facturas ni contratos porque lo que se paga es muy poco. Muchos músicos ganan 25 dólares, 50 dólares, con suerte, en un toque. Si en este momento los músicos exigieran su pago, muchos de los lugares pueden salirles con que no tienen contratos ni dinero. Hay que buscar una manera de que el músico pueda corroborar que tocó, que hizo ese trabajo, que tiene correos, mensajes de cobro y que nadie le contesta o que no le quieren pagar. Para usar eso como una prueba de que se le debe dinero. Porque de ese dinero vive el músico”.

3) Plan a largo plazo  

“Agradezco de verdad, y creo que fue una muy buena iniciativa, buscar darle a los artistas con primeras necesidades los 300 dólares. Me parece muy bien, pero ese sólo es un apoyo a corto plazo y solo a cierto sector de los artistas. Hay que hacer un planteamiento muchísimo más a largo plazo, adjudicando también responsabilidades. Porque nosotros (los artistas) somos capaces de tener responsabilidades financieras. Estaremos sin trabajar meses y, dependiendo de cómo evolucione la pandemia, podemos llegar a pasar hasta un año sin trabajo. Para eso el Ministerio de Cultura deberá crear un tipo de área donde se elaboren nuevas formas con la que los artistas puedan proyectarse y así poderles pagar. Imagínate que todo esto que se está haciendo en las plataformas de televisión o Internet, que es lo único que nos queda, tomara las riendas y las presentaran por parte del Ministerio para pagarle a los artistas. Se establece un precio, un salario, algo formal para los artistas. No es como que venga yo sola, grabe un video y todavía me toque pagarlo para que se edite. Se haría un trabajo en el que el Ministerio de Cultura le pagara a los músicos, cineastas, actores, comediantes, guionistas, etc. Por ejemplo, yo que doy clases, se podría establecer un salario mensual, hasta que esta situación termine, para dar talleres virtuales a un grupo determinado de personas”, concluyó la artista.  

Salas vacías (I): Marcelo Avilés (músico salvadoreño)

Salas vacías (III): Luis Cornejo (Pintor) 

*Felipe A. García (San Salvador, 1991) ha publicado las novelas “Hard Rock” y “Diario mortuorio” con la Editorial Los Sin Pisto (2018). Es comediante de Stand Up en el grupo Comedia ES.

 

 

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