Presentamos una reseña del libro de cuentos «Antología menor» del escritor guatemalteco César Yumán. Esta obra, originalmente editada en Guatemala con el título de «D4rkn355», es la primera publicación de la alianza entre la editorial salvadoreña Los Sin Pisto y la guatemalteca Editorial X.
Maridaje recomendado: Infusión de manzanilla
Por: Carlos González Portillo*
Comienzo celebrando, como lector, que dos editoriales independientes, Los Sin Pisto y La X (Guatemala), se hayan juntado para una alianza que sin duda alguna traerá bastante satisfacción a lectores que se encuentran ansiosos por conocer más de la literatura producida en Centroamérica.
Una vez escuché, a altas horas de la madrugada, entre dormido y despierto, una anécdota. Un ingeniero y profesor de la UCA (Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”), quizá a mediados de los 80, se encontraba a las puertas de un viaje recreativo en Chalatenango con su amigo, el padre Jon Cortina (uno de los emblemáticos jesuitas reconocido por su colaboración con los más desfavorecidos del norte de nuestro país). Este último lo había invitado a pasar un fin de semana en Guarjila y el profesor, desde luego, accedió pese a que El Salvador se hallaba en plena guerra civil y viajar hasta allá podía ser algo muy parecido a la muerte. Afortunadamente no pasó ninguna desgracia ni con el padre ni con el profesor (nadie muere en esta anécdota). Pasó algo inusual, no obstante. Aquella ocasión el padre Jon no le ofreció, como de costumbre, la habitación que tenía destinada para recibir a sus visitas y le anunció que esa noche dormiría en la hamaca. Como era de esperarse, el profesor hizo uso de sus buenos modales y calló cualquier berrinche descortés. Con todo y todo, aquella fue una noche de alcohol y larga plática con el sacerdote. Vaya, la pasaron bien. A la mañana siguiente el profesor despertó quizá aturdido por una de esas gomas diabólicas, sin las facultades necesarias para disfrutar la espléndida vista de la vegetación de Chalatenango, y lo primero que vio fue a dos tipos a los que nunca había visto en persona, pero que sin atisbo de duda conocía: eran Bono y el guitarrista de U2, David Evans.
Se dice que de aquella visita que Bono y David hicieron a Jon Cortina (quien a su vez recibía al profesor de la UCA) la banda dublinesa obtuvo materia prima para su álbum The Joshua Treey, poniéndonos más específicos, con la ayuda de sus amplificadores de guitarras, U2 creó la canción Bullet the Blue Sky.
Traigo esta anécdota a propósito de una suposición personal: el escritor considera el caos centroamericano como materia prima para escribir literatura de gran calidad, pero esta creencia, a su vez, se ve confrontada por una realidad menos optimista: dicha literatura con dificultad se logrará difundir para ser leída y quizá no alcance el reconocimiento que posee por su valor cultural. Esto significa, por un lado, que lo tenemos todo para elaborar grandes textos literarios, pero por el otro, que muchos de estos textos, sea poesía o narrativa, quizá nunca verán la luz, o lograrán, en el mejor de los casos, poca difusión debido a las condiciones institucionales de nuestra cultura. Y de esto que se admita que para que nuestros textos adquieran relevancia literaria a nivel nacional, regional y mundial necesitan la palanca de una industria cultural fuerte. Que por supuesto no es la nuestra. Pero ahora mismo digo esto con cautela ya que no pretendo minimizar el trabajo de las editoriales independientes salvadoreñas y guatemaltecas que promueven un mercado literario alternativo en la región, de alguna forma desmitificando este cliché de decir que nada bueno puede salir de aquí, de esta región. Horrendas cosas pasan en el caos de Centroamérica y grandes libros han surgido para hablarnos un poco más acerca de él.
En esta ocasión me es de mucho agrado hablar de “Antología menor”, libro que nació en el 2017 con el nombre de “Darkness” gracias a Editorial X de Guatemala. Esta es una oportunidad, entonces, para compartir y hacer circular un libro que, quizá poniéndome un poco romántico, está en sintonía con una especie de boom narrativo en El Salvador, en parte como consecuencia del trabajo de Editorial Los Sin Pisto. Me permito decirlo así porque en el 2019 más de diez autores nuevos fueron publicados, y con ello, nuevas carnes de ganado fueron introducidas al matadero de la literatura, del que, como diría Roberto Bolaño, pocos o casi ninguno sale vivo. (Esto sin mencionar una cantidad considerable de novelas de su fundador Mauricio Orellana Suárez, o de Jacinta Escudos o de Felipe A. García, textos que han tenido méritos a nivel regional, o bien siendo finalistas o bien ganando premios.)
Y de alguna manera esto pasa en “Antología menor”, el autor enlista a una serie de escritores que son víctimas de las mayores infamias que los concursos literarios han cometido con la literatura misma. Algo muy pertinente que señala directamente a nuestra región. Y es que de alguna manera, la deficiencia de nuestras instituciones culturales y el casi desolado panorama editorial ha impuesto la creencia, tanto a lectores y escritores centroamericanos, que para dar a conocer un texto se debe ganar un premio literario. Creo que todos en este medio, en algún momento nos hemos visto bloqueados por semejante pedantería e incongruencia en una zona geográfica que para el mundo parece ser lugar de analfabetas pero que en realidad está llena de jóvenes que determinan el momento cultural de Centroamérica, jóvenes poseídos por el éxtasis de la literatura, que leen y que escriben y que buscan un certamen que ganar.
En este sentido, César Yumán, a través de una metodología narrativa palpable en textos como el “Pierre Menard, autor del Quijote», de Borges; o “La literatura nazi en América”, de Bolaño; o “Fuego pálido”, de Vladimir Nabokov, propone un texto sobre la vida y obra de escritores ficticios, totalmente distintos unos de otros, pero que comparten un animal común: la literatura. Se trata de reseñas y cuentos, tristes y divertidos por partes iguales, que de vez en cuando te sacan una carcajada por el tono del antologador y que requieren de una pizca de voluntad para ser leídos de una sentada.
Por otra parte, este libro resulta muy seductor por la variedad de propuestas de subgéneros que en los cuentos se pueden detectar. Textos donde lo absurdo, violento y lo mito-mágico aparecen desfilando, por ejemplo, en la narrativa de un joven haitiano brutalmente asesinado por cierta relación de su familia con la brujería, o por qué no mencionar un relato breve de ciencia ficción, con un toque erótico, cuyo mérito es recordarnos que este genre, por más desvalorado que haya sido por los académicos y sus seguidores, contiene hoy por hoy abrumantes pasajes donde la condición humana se impone al paso de los tiempos. Este es un libro lleno de guiños a autores, por lo que de vez en cuando le sacará una sonrisa de complicidad al lector. Además, Yumán está constantemente jugando en el texto, poniendo obstáculos que deberán ser superados no sin cierto sentido del humor, sobre todo si quien lee ha sufrido alguna vez una derrota en un certamen literario. A mí no me abundaba una vida para cagarme de la risa mientras lo leía. Lo disfruté mucho. Concuerdo enormemente con algo que, parafraseando a Yumán, ahora incorporo en esta reseña: “Eso buscaba, despojar a la ficción de una seriedad que muchas veces ni siquiera es otorgada por los lectores mismos”.
Sin duda alguna es un libro que gustará a muchos. Espero que la alianza entre Editorial Los Sin Pisto y Editorial X se amplíe y ceda el tránsito a textos tan valiosos como este, que por ser centroamericanos corren el riesgo de tenerlo todo.
*Carlos González Portillo (San Salvador, 1996): Ha estudiado Antropología Social y Cultural. Ha perdido certámenes literarios chafas y vergones. Actualmente trabaja brindando soporte técnico a ancianos que todavía usan Windows 98 y a otros que dicen preferir el Windows 11 en lugar del Windows 10.